LOS PROYECTOS EDUCATIVOS
DEL SIGLO xIx: México Y LA CONSTRUCCIÓN DE LA NACIÓN.
Introducción
La política educativa que hoy día
se aplica en los diferentes espacios
y ámbitos educativos del país resul-
ta impensable si desconocemos o
ignoramos su pasado histórico, es
decir, su memoria; el presente artícu-
lo tiene por objeto presentar algunas
ideas, planteamientos y propuestas que
dieron origen a la construcción de
proyectos educativos a lo largo del
siglo xix; a partir de este material se
analiza la destacada labor de profe-
sores, pedagogos, políticos y edu-
cadores interesados en la educación
del país.
El siglo xix resulta de gran impor-
tancia y yo diría que es fundamental
para comprender la construcción de
un sistema educativo moderno orga-
nizado y dirigido por el Estado. De
allí la pertinencia de hablar de los
orígenes de la política educativa
contemporánea.
Iniciativas y ensayos educativos:
la construcción de la nación
mexicana, 1821-1854
El año de 1821 marca el inicio de la
vida independiente del país; el mo-
mento resulta complejo y difícil pues
es necesario imaginar a la nación y
dar paso a su construcción; las pro-
puestas son variadas pues son el
reflejo de los actores políticos invo-
lucrados en el moviendo independen-
tista; borbonistas, iturbidistas, insur-
gentes y liberales, cada unos de estos
grupos con diferentes visiones cul-
turales e ideológicas; sin embargo,
existe un punto que los une e identi-
fica, el educativo; las declaraciones
gubernamentales de la época ilustran
el punto: “Nada puede contribuir
tanto a la prosperidad nacional, como
la ilustración pública y la acertada
dirección que se dé a la juventud”,
declara en 1823 el Supremo Poder
Ejecutivo de la joven República.1
Más tarde, Guadalupe Victoria declara:
“La ilustración sirve para la existen-
cia de las naciones, las educa y las
conserva”. Bajo esta misma línea,
Vicente Guerrero declara: “Conven-
cido de que las luces preparan y hacen
triunfar el imperio de las libertades,
abriré todas las fuentes de la instruc-
ción pública. Los gobiernos populares,
para quienes es un interés que los
pueblos no vivan humillados, se apre-
suran a dar a las artes y las ciencias
el impulso que tanto les conviene”.2
Podemos ver que este interés se
vincula con la necesidad de impulsar
el progreso, la libertad y la razón
en la joven nación, pero esto no será
suficiente: habrá que impulsar accio-
nes más concretas.
Ya el gobierno de Agustín de
Iturbide, en 1822, intenta considerar
el tema educativo; sin embargo, care-
1
régimen a la revolución, 1995, México, fce, p. 394.
2
ce de fondos suficientes para apoyar
un proyecto amplio, por tanto, éste
queda en manos de la Compañía
Lancasteriana,3 la cual debía fundar
con el tiempo escuelas elementales
y normales; el Estado quiere impul-
sar la educación, pero no cuenta con
los recursos necesarios; por ello, de-
berá valerse de instituciones alternas
que apoyen esta iniciativa.
El primer ensayo educativo se
presenta en el año de 1823 bajo el
gobierno del Supremo Poder Ejecu-
tivo, Proyecto de Reglamento General
de Instrucción Pública; en su art. 1°
se anota que la educación ha de ser
pública y gratuita. El art. 3°, todo ciu-
dadano tiene derecho a instruirse; nadie
ha de pagar por ella, y la instrucción
será uniforme y por los mismos mé-
todos y tratados elementales. Art. 6°,
se suprimen los gremios de maestros,
pues todo ciudadano tiene facultades
de formar establecimientos de ins-
trucción. Arts. 11° y 12°, la Instruc-
ción Pública estará a cargo de una
Dirección Nacional. Art. 33°, pres-
cribe que se establezcan escuelas
públicas de primeras letras para ins-
truir a los niños y formar sus costum-
3
el año de 1822; los fundadores fueron: doctor Manuel
Codorniú, licenciado Agustín Buen Rostro, Ma-
nuel Fernández Aguado, coronel Eulogio Villau-
rrutia y profesor Nicolás Germán Prissete, susti-
tuido éste más tarde por el profesor Eduardo Tu-
rreau de Linieres. La primera escuela de la
Compañía fue ubicada en el local de la Antigua
Sala Secreta de la Inquisición.
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